martes, 8 de mayo de 2018

La posta de los imbéciles, Faiz MAshini

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La posta de los imbéciles, Faiz Mashini.
Editorial Mala madre, Chile 179 páginas

Este estupendo título, que me llamó a leerlo desde que lo vi, da inicio a la editorial Mala madre.

Siempre los escritores han escrito libros sobre escritores, como si fuera un lugar por el que todo escritor debiera transitar. Revela siempre profundos recovecos de la mente humana, y suele transitar por ciudades a las que muestra en sus rincones más puros, sean reconocibles geográficamente o no. 
La posta de los imbéciles hace ese recorrido y deambula en lógicas que nos hacen recordar exitosas piezas literarias contemporáneas, nunca cayendo en el lugar común, y sin repetir recursos, sino simplemente reviviendo lógicas que tanta risa nos produjo, y que acá viven con éxito. Faiz Mashini podría ser amigo y confesor literario de John Kennedy Toole, amigo honesto y dedicado, pues se reconocen en sus líneas los estados del alma que Toole plasmó con certeza y dolor, pero quedándose siempre en el humor como solución dramática a los horrores de sus protagonistas. 

Acá puede usted reconocer bares de barrio, personajes maltrechos que caminan por Santiago, pero que también podría ser Valparaíso o Chillán. Puede recordar a oscuros compañeros de liceo y toparse de frente con las urgencias que la vida le puso a usted mismo cuando tomó caminos inciertos. 

Acá está la calle, palmaria, la plaza de armas palpitante, la caña de tinto o la piscola urgente. Acá los imbéciles sufren por el juicio del autor, sin jamás saber que alguien los observa y los califica. Tal vez el lector debería sentenciar el último juicio, lejos y con calma, esperando que sus personajes sigan el curso que desconocen de la vida, entregados a sí mismos, y al borde del abismo siempre. 

3 personajes caminando por la cornisa recorren su propias desventuras de manera circular, topándose y hastiándose en cada circunstancia. Es lícito tratarlos de imbéciles,  pero duele a veces ese tratamiento. Son personajes que tal vez todos conocemos, si bien no en la familia, que los hay, siempre hubo alguien así en el colegio o entre los amigos; están al alcance de la mano en todas las ciudades. Así entonces, es una historia universal, pero que sucede acá.

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