martes, 23 de junio de 2009

Federico Andahazi, un grande en plena producción


Errante en la sombra,

Federico Andahazi, Argentina, Alfaguara, 2004, 245 pags.



Para los amantes del tango, este no es un libro rante. Lejos del chamuyo canyengue de quienes lo intentan sin la calle entre las venas, este libro es un brillante sentimiento de homenaje a una de las más fuertes expresiones de lo argentino.

Juan Molina canta como pocos. Gran admirador del morocho Gardel, prontamente supo que lo suyo era el tango. Comparte la filosofía y el honor del bacán que desambula por el arrabal porteño, con la ilusión viva de estrenar su voz en el Armenonville o el Royal Pigalle, soportando estoicamente la cólera de un padre borracho y violento, a la espera de su gran oportunidad. Mientras es aceptado y forma parte del elenco del Pigalle, en una labor ridículamente ajena a su sensibilidad, a la par corre la historia de Ivonne, la pseudo francesa polaca que entrega amor y vida a los clientes del mismo teatro, y que con su estampa llena de garbo inundó de amor el corazón de Molina, al comienzo en silencio, luego en una dolorosa amistad que torturaba en lo más íntimo a nuestro noble héroe, que en fidelidad a sus sentimientos optó por dejar de lado su gran oportunidad en la vida por seguirla en sus peticiones. Con ellos, entonces, conocemos por fin al gran Gardel, grande como fue y como protagonista del tango en todas sus facetas y sentimientos; amigo y rival de Molina.

Cada página es un tango, cada capítulo intercala versos en el homenaje que Andahazi hace a lo que realmente ama. Es una renovada versión de un escritor certero, llamativo, que escribe las obras que deben ser escritas y que ofrece en estas ágiles líneas un capítulo vivo, poderoso, que nos deja con ganas de Buenos Aires, de sus calles y su pasión.

Lo venden en todas partes, pero si viaja a Buenos Aires, es el mejor momento de leerlo, de sentirlo y de imbuirse de una expresión que reúne en sus páginas el más viril sentimiento porteño, noble, descangyado entre las volutas del tabaco que vive el sufriente Juan Molina, tremendo pibe.



PRONTO MÁS TÍTULOS DE ANDAHAZI

domingo, 7 de junio de 2009

Georges Perec

La vida instrucciones de uso,
Georges Perec,

Ed. Anagrama, colección compactos, 2001 (1978), 634 páginas



Sin duda toda persona que quiere escribir, todo aquel que siente una natural y apasionada atracción por la literatura –también como empedernido lector–, debe leer buenos libros, debe pasar por autores que lo nutran, debe atreverse a tomar un libro de 634 páginas y recoger de su autor todas las enseñanzas que pueda recoger. Y hasta el momento, este libro ha sido una de las experiencias más importantes que he tenido la suerte de experimentar en mi tránsito por la literatura universal. He podido comprender la pasión que Roberto Bolaño experimentó con Perec al declararlo uno de sus autores favoritos, –sino el mayor– cuya influencia se deja ver por lo grande que es en términos de las posibilidades expresivas que arranca el autor al idioma y la imaginación. Se trata de un libro para leer con diccionario a mano, en una propuesta que lleva al lector con humor y gracia por una infinidad de mundos tan diverso como amplio es el espectro de posibilidades que la vida ofrece a cada individuo, con historias de todo tipo: sectas secretas, viajes por el mundo, historia de Francia, pasiones inverosímiles, colecciones exquisitas, investigaciones de precisión rayana en lo absurdo, refutaciones históricas, dramas ensombrecedores, catastros fantásticos, todo tipo de personalidades y afanes: tal cantidad de posibilidades que ofrece al vida y más se condensan en un edificio de calle Simon-Crubellier, en París, desde la fundación del barrio hasta el presente mismo de un libro que tardó nueve años en ser escrito, donde la multitud de novelas interiores se entretejen tal como las piezas de un rompecabezas atrapan a quien acepta el desafío de armarlo, compenetrándose en historias, momentos y descripciones que enseñan con maestría los recursos literarios tradicionales de los escritores, llevados a un paroxismo irrefrenable. Realmente una fuente interminable de placer lector.
Más de 100 historias diferentes, glosario e índice cronológico de eventos son algunos de los componentes que ayudan al lector a comprender mejor la intrincada red de conexiones que se conforman al interior de calle Simon-Crubellier, y que entregan un panorama de la complejidad presente en la vida, situación que en ningún momento se torna trabada o difícil de entender: tal es el nivel de maestría en la colección de relatos presentes, generando constantes expectativas en el lector respecto de cuál será el próximo relato que vendrá.
Perec ha sido señalado por Calvino como “una de las personalidades literarias más singulares del mundo”, y muchos son quienes encuentran en él a una de las personalidades más influyentes de la literatura francesa del siglo XX, en esta, su obra cumbre que no deja de sorprender al lector por la interminable variedad de temas y la frescura con que revisa más de 140 años de historia.
En medio del caos y estrés urbano de la capital, La vida instrucciones de uso es un libro que solaza, un gran estímulo para los amantes de la literatura de verdad.

Especies de Espacios,
Georges Perec,

Editorial Montesinos







Es un hecho, Georges Perec se está empezando a leer cada vez más en Chile, sus títulos se están acabando en las librerías, cada vez más gente lo comenta, probablemente impulsado por el fervor con que Roberto Bolaños alababa su obra.
La lectura de un texto como Especies de Espacios ofrece una sofisticada placidez a quien busca una narrativa diferente, ya que se trata de una obra que no cumple con los códigos comunes de las novelas tradicionales; es mucho más una reflexión que una novela, pero sin caer en el ensayo y sin ceder ante las tentaciones de lo impenetrable y obtuso. Especies de espacios es un ejercicio que intenta y logra una nueva mirada a los lugares en los que nos desenvolvemos cotidianamente, con el orden y limpieza propios de un autor inmenso, del cual hay mucho por escudriñar y aprender.
Asimismo ofrece solaz a quien busca profundizar en este autor, pues muestra otra vertiente narrativa que mantiene la expectativa como factor fundamental de una buena lectura, entendida ella como las ganas de seguir conociendo qué tiene preparado el autor para nosotros los lectores. Quienes gocen del idioma encontrarán palabras nuevas que refrescarán su léxico para abrir la mente a nuevas maneras de pensar la realidad en lo cotidiano, livianamente, sin las grandes honduras del pensamiento francés contemporáneo. Otra ventaja es que la traducción de esta versión (Jesús Camarero) es particularmente mejor que la de los textos publicados en Anagrama, sin los difíciles vericuetos de La vida instrucciones de uso, que algunos problemas de continuidad ofrecían a su lectura.
Se mantiene el espíritu taxonómico de Perec, la obra en sí es una gran clasificación y sigue siendo una lectura recomendable para quienes gustan de la literatura desde el lado de la pluma, como desde su consumo final; funciona muy bien como divertimento de autor, como renovación mental para los atribulados de las historias ciegas, como un espacio nuevo para decorar la mente.

El Gabinete de un aficionado

Georges Perec

Editorial Anagrama, panorama de narrativas, 100 páginas





La última publicación de Perec es una obra plena. Breve, pletórica en los detalles y tal vez un paradigma en la obra del autor francés, que en un principio fue planeada como otro capítulo de La vida instrucciones de uso, pero que fue tomando brillo propio hasta convertirse en la pieza que es por sí misma.

Tal como menciona la bajada del nombre, se trata de la historia de un cuadro, el que está retratado en la portada del libro mismo y que, tal como señala la narración, trata del salón de un aficionado a la pintura con gran parte de sus muchos cuadros, escena que está representada en un cuadro que ocupa el lugar central en la configuración de la habitación. Se crea así una sucesión de repeticiones como juego de espejos en los que las iteraciones sucesivas contienen pequeñas variaciones de las imágenes originales.

Lo que hace este libro, aparte de la situación descrita, una clásica obra de Perec es la minuciosidad en las descripciones de las situaciones que atañen a cada una de las piezas que componen el gabinete, en algunos casos con alusiones muy antiguas a las obras, conjeturas y tesis.

Nuevamente nos solazamos con sus detalles nimios, con sus datos al dedillo, con su fineza y nos sorprende con impensadas revelaciones que desmoronan las ideas construidas con tanta dedicación y precisión.

Se trata de un resumen sin mezquindades de la riqueza estilística de Georges Perec, que se ensalza en una narración que entrega toda la policromía de su creación, con total libertad, y que debe ser recorrida hasta el final, única forma de aprehenderla en su plenitud, junto con la mente del autor, una que no deja de sorprendernos a cada título que nos ofrece.